En una decisión unánime poco ortodoxa, la AFA, o mejor dicho, su Presidente, reabrió la entrada de público visitante en los estadios, luego de cuatro años de prohibición.
Quince minutos fueron más que suficientes para que Julio Humberto Grondona imponga, ante cualquier objeción posible, el cambio tan esperado por la hinchada millonaria. Y no porque sea la única que lo desease, sino porque si River no hubiese descendido, el hecho sería una simple utopía.
Para ser más certeros, podemos citar vocero de la AFA, Ernerto Cherquis Bialo, cuando surgió la hipótesis del Torneo Federal de 40 equipos, quien supo decir: "Este quilombo se salvaba si River no descendía...". Una frase que, de acuerdo a los últimos acontecimientos, podría ser el fundamento perfecto para los recientes cambios, modificaciones y excepciones que se han aplicado.

Seguramente el Club Atlético River Plate es el negocio más grande que tiene el fútbol argentino, y por eso uno puede suponer el accionar del ente regulador. El tema está entonces, en quién va a sancionar a Quilmes cuando vuele una botella, quién va a sancionar a Patronato cuando rompan un alambrado, o quién va a sancionar a Huracán cuándo destruyan el Ducó.
Martín Camarano - Periodismo Deportivo
Excelente, Tincho!!! Muy buena. Coincido plenamente. Lucas Gambino
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