Usain Bolt demostró nuevamente porque es el dueño del récord del mundo, clasificando sin problemas a las semifinales de los 100 metros llanos.
El público lo quería ver y ahí estuvo. Soberbio, gracioso e imparable. Todo eso se puede decir del más rápido de todos los tiempos, en tan sólo un día de competencia.
Salió a la pista ante un estruendo de aplausos. Se preparó, se peinó ante la cámara y se preparó para que nadie lo agarre. Al sonido de partida salió despedido de su taco. Parecía que no tocaba el piso. 20 metros para ajustar el ritmo, levantó la cabeza y "nos vemos en la meta", dijo.
A la mitad de la prueba, ya se sabía quien había ganado. 75 metros corriendo fueron suficientes para que nadie lo pueda alcanzar. 25 caminando para no humillar tanto a los rivales. El tiempo no importa.
Esto es Usain Bolt, un crack del atletismo. Dueño de un impensado récord mundial, pero con la sensación de que todavía tiene pasta para más. ¿Podrá bajarlo? ¿Querrá bajarlo?
Martín Camarano - Periodismo Deportivo
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